sábado, 20 de marzo de 2010

Miguel Primo de Rivera


Fue un militar, político y dictador español. Fue segundo marqués de Estella, séptimo de Sobremonte y Grande de España.

Hijo de Miguel Primo de Rivera y de Sobremonte con Inés Orbaneja y Pérez de Grandallana. Miguel Primo de Rivera pertenecía a una familia jerezana ( de gran tradición militar. En ella había destacado su tío Fernando Primo de Rivera y Sobremonte, primer marqués de Estella (de 1831 a 1921), distinguido durante la Tercera Guerra Carlista, gobernador de Filipinas y varias veces ministro de la Guerra.

Su abuelo, José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo, que participó en la Guerra de la Independencia y luego en la de la Emancipación Americana, y siguió posteriormente una larga trayectoria marítima militar hasta llegar a presidente de la Junta del Almirantazgo en 1837, senador por Cádiz y, en 1839, en el gobierno que casi al fin de la regencia de María Cristina de Borbón formó Evaristo Pérez de Castro, se le confió el Ministerio de Marina e interinamente el de Hacienda.

El Directorio Militar dio paso a un Directorio Civil (1925–1930) y se nombró una Asamblea Nacional (1927) que elaboró un anteproyecto de Constitución (1929). Aquel simulacro de Parlamento, sin embargo, sólo sirvió para desnudar las divisiones que había entre los seguidores de la dictadura: entre católicos conservadores de viejo cuño y corporativistas autoritarios atraídos por el fascismo.

Por su parte, la crisis económica derivada del Crack de 1929 afectó muy negativamente a España haciendo, entre otras cosas, que el cambio de la peseta en relación a la libra esterlina casi se triplicara y que la mejora económica derivada de los «felices años veinte» se esfumara.
Divididas las huestes primorriveristas y enrarecidas las relaciones del dictador con el rey, no fue posible afrontar el auge de la oposición, crecientemente unida y movilizada ante la amenaza de ver perpetuarse el régimen. Socialistas, republicanos e intelectuales de ideología de izquierdas se unieron en la campaña contra la dictadura, una vez dimitido el general (pacto de San Sebastián), que amenazaba con arrastrar también a la monarquía que la había tolerado; estudiantes y obreros se manifestaban en contra del régimen; los propios militares conspiraban contra Primo de Rivera (la conspiración fallida en su contra tuvo lugar en 1926 y fue conocida como la Sanjuanada).

Finalmente, desautorizado por el rey y los altos mandos militares, claudicante su salud corporal, Primo de Rivera presentó su dimisión el 28 de enero en 1930 y se exilió en París, no sin antes recomendar a Alfonso XIII algunos nombres de militares que podrían sucederle (entre ellos el general de raíces catalanas Dámaso Berenguer, que asumió la presidencia interinamente, la llamada «Dictablanda».)

Seis semanas más tarde, el 16 de marzo de 1930, moría en París, a causa de una diabetes padecida desde hacía unos años, en medio de una gran amargura y decepción.

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